Wednesday, May 25, 2011

Comunicación

Podemos tener a una persona delante de nosotros, cara a cara, conversando durante horas, y darnos cuenta de que la comunicación no se produce. Sin embargo, leemos lo que un desconocido escribe en su blog, que probablemente hemos descubierto por pura casualidad, y sentimos que salta la chispa. De repente, a miles de kilómetros de distancia, alguien cuenta historias que nos conmueven, sentimientos en los que nos reconocemos, experiencias que compartimos. Y ni siquiera sabemos qué cara tiene esa persona.
¡Qué raro es todo esto!

3 comments:

  1. Rarísimo Ángela. Y fascinante. Vivimos en un mundo que no hubiéramos podido ni imaginar cuando éramos niños. Las cosas que hacés son divinas. Y yo sé que exigen una creatividad pero también una amorosa dedicación, un tiempo, una prolijidad, que no hay con qué pagar.
    En mi casa porteña tengo un baúl repleto de telas. Algún día veré qué hago con ellas.

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  2. ¡Ay!, seguro que tienes verdaderas joyas en ese baúl. Puestas a soñar, ¡cómo me gustaría poder ir a esa casa contigo y mirar esas telas e imaginar todas las cosas que podríamos hacer con ellas!

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